Por A. Yañez
Que tal, Festival!
Cuando me propuse escribir sobre este día la verdad fue por descarte, burlarme de la voz-no voz de Alejandro Sanz, de que a Natalia Valdebenito le fuese mal y de Lucho Jara por ser justamente Lucho Jara. Pero el día trajo mas de una sorpresa.
Pero, antes de seguir con eso, creo que merece un poco de espacio la baja calidad del festival, no me parece siquiera posible que un festival que es supuestamente el mas importante de Latinoamérica, que tiene una trayectoria bastante larga, que sea organizado por una cadena de televisión entera, tenga a su vez uno de los peores servicios de transmisión en línea que he visto en mi vida y que por si eso no bastara uno de los peores equipos de sonidistas. Por favor, Viña, dejémonos de tonteras, partamos por lo básico, dediquémonos mas que a llenar de artistas mas o menos relevantes a ofrecer un espectáculo que cuente con los requisitos de calidad mínimos para poder ser disfrutado.
Bueno, pero ese no era el punto de esta reseña. Partamos, Alejandro Sanz, el plato fuerte de la noche y, sin que esto signifique mucho, probablemente de la semana entera, entrego un show que fue bien recibido, aplaudido por mujeres orgásmicas de principio a fin, un show que a pesar de no tener el mejor sonido, donde las voces de las coristas y la instrumentación cubrían en exceso a la de Sanz, transcurrió mayormente sin sobresaltos, salvo por un pequeño detalle: Javiera Mena. Sin comentarios, a la pobre se la comieron los nervios, se le olvido la letra, se le olvido como cantar…
Natalia Valdebenito, cuando la vi en medio de la mala, muy mala, malísima, programación, me dije: bueno, ella no es tan mala. Le fue la raja, sin comentarios, se ganó a su publico y yo no le tenía fe, pero no me comeré mis palabras, creo que la rutina partió lenta, demasiado lenta, pero la mina la arregló, en otras palabras: la re-hizo.
Finalmente, para coronar la noche, para finalizar con esplendor, el rey parásito de la televisión chilena: LUCHO JARA. Tortura total, decepción general, pena, dolor y sufrimiento. Mentira, no lo vi. Adiós.
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